Ciclistas en tiempos constituyentes: Más allá de las ciclovías

Por Josefa Pastenes Jara

Las manifestaciones de ciclistas que se vieron durante y posterior al estallido social mostraron la variedad de demandas que podrían tener lugar en la nueva constitución. Varias de ellas podrían no solo acabar en parte con la enorme tasa de accidentes y siniestros viales, sino además mejorar la convivencia en rutas y ciudades.

La Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (CONASET) informa que durante el 2020 hubo 45.904 siniestros viales donde quedó al menos un lesionado o fallecido. De esos, 2.934 fueron protagonizados por ciclistas, con 109 decesos. 

En Chile, el uso de la bicicleta tuvo un exponencial aumento durante el estallido social de octubre del 2019, pasando a convertirse en un instrumento de protesta ante la falta de espacios urbanos aptos para favorecer la movilidad y manifestación de los ciudadanos.

Los colectivos ciclistas, que se convertirían en uno de los principales ejes del movimiento social y que hasta ese momento no tenían la visibilidad que han alcanzado ahora, comenzaron a organizar cicletadas e intervenciones en distintas partes de la ciudad de Santiago, al igual que en otras ciudades del país. 

“Efectivamente, hoy día la bicicleta y los usuarios de bicicleta y el activismo en bicicleta, que tiene que ver más con el activismo que hoy día está saliendo a la calle y las ciclo marchas, y todo eso, también tiene un tinte que instala el tema de los derechos humanos, el tema de la protesta social, las demandas de las comunidades, las instala de una forma en que se puede manifestar en la ciudad”, dijo Jesús Morales, vocero de Indepecleta, colectivo ciclista que promueve el desarrollo sustentable y la protección del patrimonio desde hace 9 años en la comuna de Independencia. 

En los meses posteriores al 18 de octubre, las consigas del movimiento ciclista se podían ver representadas en frases como “No más ciclistas muertos”, “Evadir, pedalear, otra forma de luchar”, y “Pedalear, aprobar, otra forma de luchar”. Estas serían el inicio de un diálogo que se extendería más allá de la bicicleta y sus usuarios.

“Principalmente, repensar los espacios, no sólo en el espacio público, sino que repensar los territorios. O sea, que la nueva Constitución permita a los nuevos territorios tener una mayor autonomía respecto a las decisiones que se toman desde los Gobiernos centrales”, explicó Morales.

A esto, se suman temáticas como incidir en el co-diseño de los espacios público y en el gobierno local, así como crear ciudades pensadas para los niños, adultos mayores, mujeres, personas con discapacidad y disidencias.

Pero, según el vocero, los políticos no manejan un discurso para los temas de ciudad. Esto se evidencia en el razonamiento de que las ciclovías son una respuesta suficiente para los ciclistas, conductores y peatones. Para lograr un cambio verdadero, transformar la ciudad y que se acomode a todos sus usuarios, se necesita de la participación de distintas entidades sociales.

Estas reivindicaciones no parecen tener un líder único o un rostro visible para representarlas en la recientemente conformada Convención Constituyente. Este proceso brinda la oportunidad de que agrupaciones y colectivos sociales puedan presentar estas temáticas para que puedan ser desarrolladas de forma inclusiva y representando la diversidad que las caracteriza, igual que al grupo de constituyentes.

“Lo que estamos haciendo, por lo menos en el colectivo, es trabajar en contenido. Nosotros, de hecho, previo a las elecciones, estuvimos trabajando con varias candidaturas para que adhirieran a un manifiesto que está reunido en Ciudad Constituyente”, explicó Sandra Aguilar, coordinadora general del colectivo Muévete, cuya misión es recuperar los espacios públicos y la transformación de la ciudad para que sea más amigable para las personas.

Dicho manifiesto de Ciudad Constituyente, conformada por distintas organizaciones sociales, presenta “diagnósticos y propuestas para un habitar digno en la nueva constitución”.

“(…) (el tema de la movilidad ya no solo es de) quienes hemos estado trabajando dentro de los contenidos constitucionales, sino también agrupaciones asociadas a vivienda, medio ambiente, perspectiva de género en la ciudad, también. Entonces, el petitorio, o el contenido, se ha trabajado un poco más unificado en lo que se identifica como derechos en la ciudad”, profundizó Sandra Aguilar.

Por muchos años, las decisiones políticas que se han tomado sobre la ciudad y su diseño han contribuido a generar un área metropolitana poco inclusiva. Debido a esto, las ciudades como Santiago están segregadas socialmente y son territorialmente desiguales, a pesar de poseer un gran potencial para facilitar el tránsito por ella y crear espacios aptos para el desarrollo social.

Sin embargo, para que esto ocurra debe haber un diálogo capaz de abordar diferentes perspectivas e identidades.

Hasta el momento, mientras se conforman las mesas de trabajo en la Constituyente y se establece cómo se elaborará la nueva constitución, las agrupaciones ciclistas y otras organizaciones enfocadas en una nueva forma de hacer ciudad, han seguido movilizándose a pesar de la situación sanitaria por COVID-19.

Desde talleres sobre responsabilidad vial hasta la continuidad de cicletadas por distintos sectores de Santiago, los, las y les ciclistas siguen en la lucha.